El encanto de Casa Quimeta
En Casa Quimeta, cada rincón cuenta una historia. La casa se alza sobre estructuras originales del siglo XVI, restauradas con el máximo respeto por el pasado. Se han conservado techos con vigas de madera, suelos antiguos y paredes de obra vista restauradas que transportan a los huéspedes a otra época.
Es un lugar donde la memoria se hace presente en cada detalle: lámparas artesanales hechas con madera de nogales caídos en Les Comes, faroles de carruajes reconvertidos en luces de noche, o el antiguo piano de Roser Tàpies en el comedor. Todo ello crea una atmósfera cálida y familiar, donde es fácil sentirse acogido.
Los espacios interiores han sido diseñados para ofrecer el máximo confort, con colchones y almohadas ergonómicos, aire acondicionado y baño privado en cada habitación, garantizando intimidad y bienestar a todos los huéspedes. Casa Quimeta conserva el encanto de una casa antigua, pero incorpora todas las comodidades que se esperan de un alojamiento actual. Y en invierno, la estufa francesa del comedor invita a disfrutar del calor de un hogar que, más que un alojamiento, es un verdadero refugio.
Este es el proyecto de vida de Marta y Miquel, quienes han dedicado años a devolverle la vida a este espacio. Cada objeto, cada madera reciclada, cada detalle restaurado, guarda una historia que desean compartir con quienes decidan visitarlos.