La esencia del proyecto
Les Comes es el punto de origen. El lugar donde Miquel decidió reconectar con su esencia y retomar el oficio que habían ejercido sus antepasados: el campesinado. Alejado durante un tiempo de la tierra, volvió a ello empujado por una profunda convicción: que lo auténtico no puede quedar en el olvido.
Con la ayuda de Marta, y después de años de trabajo manual y silencioso, empezaron a recuperar la finca familiar, árbol por árbol, bancal por bancal. Sin prisas, desbrozando, replantando y amando cada rincón. La Planella y el Tossal, las dos tierras que forman Les Comes, son hoy el fruto de este regreso, situadas en el término de Albatarrec y llenas de vida.
En Les Comes no hay maquinaria de grandes dimensiones, ni producción masiva: hay respeto, cuidado y un profundo aprecio por todo lo que crece a su manera, a su ritmo.
Esta esencia no se vende ni explica fácilmente. Pero se nota. En cada fruto, en cada rama reverdido, y en cada torta que sale de Dit i Fet con ingredientes que han nacido aquí, bajo el mismo sol.