Cuando un proyecto nace del corazón y se trabaja con las manos, cada reconocimiento se vive como un regalo. Para Marta y Miquel, ninguno de los premios que han recibido a lo largo de los años ha sido un objetivo, sino una consecuencia natural de una manera de hacer basada en el esfuerzo, el respeto por el territorio y el amor por los pequeños detalles.

El caso de Dit i Fet es un buen ejemplo. Con una apuesta clara por las cocas de recapte como símbolo de identidad gastronómica, su trabajo ha sido reconocido en diversos certámenes. El más destacado fue el premio a la Mejor Coca Salada de Cataluña 2016, otorgado por el diario ARA y Catalunya Ràdio, por una propuesta innovadora: la coca de pulpo fresco con huevo de codorniz. Un coc sorprendente, creativo y, al mismo tiempo, fiel a la tradición marinera y campesina del territorio.

Este premio no solo puso en valor la calidad de los productos utilizados y la técnica empleada en su elaboración, sino también toda una filosofía: innovar sin traicionar la esencia. Y precisamente este espíritu es el que conecta a Dit i Fet con Casa Quimeta y Les Comes. Cada rincón del proyecto, cada receta y cada detalle restaurado se fundamenta en una mirada respetuosa al pasado y valiente hacia el futuro.

Además de este reconocimiento, Dit i Fet ha sido invitado a participar en eventos gastronómicos, culturales y mediáticos, como Cultures Trobades (8TV), y colabora regularmente con entidades y colectivos que promueven la recuperación de especies tradicionales, como el Col·lectiu Eixarcolant.

Cada premio, grande o pequeño, es un impulso para seguir creyendo en el valor de las cosas hechas a fuego lento y con autenticidad. Y también es un homenaje a todas las personas que han confiado en este proyecto: las que se han llevado una coca de Dit i Fet a casa, las que han descansado entre las paredes centenarias de Casa Quimeta, o las que han pisado la tierra viva de Les Comes.

Aquí no hay premios individuales, solo historias compartidas.

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